Madrecita María Del Carmen testo
Manolo Escobar
Testo
Yo quisiera decirle a la gente
lo que mi alma siente cuando pienso en ti.
Un amor que te besa en la frente,
dulce y sonriente, contento y feliz.
Madrecita María del Carmen, en mi corazón
se me vuelve tu querer cante campero
y cantando te digo cuánto te quiero,
flor bendita de mi vida y mi ilusión.
Un altar llevo en mi pecho ardiente
a la madre que me dio a mí el ser.
A esa mujer tan buena y valiente,
de inmaculada frente ceñida de laurel.
Madrecita María del Carmen,
hoy te canto esta bella canción.
Con ella te brindo mi cariño,
y lo mismo que cuando era un niño
en mis labios pongo el corazón. (bis)
De rocío se llenan las flores,
que en la noche bella beben sin cesar.
Y mi alma se llena de amores
cuando pienso en ella y empiezo a cantar.
Y la copla hecha golondrina se pone a volar.
Y llegando hacia mi madre se reclina,
y en sus brazos de azucena y clavellina
es mi alma la que se pone a soñar.
Un altar llevo en mi pecho ardiente
a la madre que me dio a mí el ser.
A esa mujer tan buena y valiente,
de inmaculada frente ceñida de laurel.
Madrecita María del Carmen,
hoy te canto esta bella canción.
Con ella te brindo mi cariño,
y lo mismo que cuando era un niño
en mis labios pongo el corazón. (bis)
lo que mi alma siente cuando pienso en ti.
Un amor que te besa en la frente,
dulce y sonriente, contento y feliz.
Madrecita María del Carmen, en mi corazón
se me vuelve tu querer cante campero
y cantando te digo cuánto te quiero,
flor bendita de mi vida y mi ilusión.
Un altar llevo en mi pecho ardiente
a la madre que me dio a mí el ser.
A esa mujer tan buena y valiente,
de inmaculada frente ceñida de laurel.
Madrecita María del Carmen,
hoy te canto esta bella canción.
Con ella te brindo mi cariño,
y lo mismo que cuando era un niño
en mis labios pongo el corazón. (bis)
De rocío se llenan las flores,
que en la noche bella beben sin cesar.
Y mi alma se llena de amores
cuando pienso en ella y empiezo a cantar.
Y la copla hecha golondrina se pone a volar.
Y llegando hacia mi madre se reclina,
y en sus brazos de azucena y clavellina
es mi alma la que se pone a soñar.
Un altar llevo en mi pecho ardiente
a la madre que me dio a mí el ser.
A esa mujer tan buena y valiente,
de inmaculada frente ceñida de laurel.
Madrecita María del Carmen,
hoy te canto esta bella canción.
Con ella te brindo mi cariño,
y lo mismo que cuando era un niño
en mis labios pongo el corazón. (bis)